El Sr. Pérez está en su trabajo sacando los pendientes, ya es la tarde y voltea constantemente a ver su reloj,faltan 20 mins. para las seis -¡Qué alegría! ya mero es hora-; de pronto, como si le llegase de lo más remoto del infinito, ideas y preguntas asaltan a su mente:
- ¿Estoy feliz porqué a las 6 de la tarde salgo del trabajo?
- ¿Acaso las demás horas de mi vida no valen igual?
- ¿ Y si es así porqué no puedo disfrutarlas?
- Claro que me alegra salir de mi chamba, pero algo me pasa que se me hace increíble que una persona no disfrute de la vida y lo peor de todo es que esa persona SOY YO.
Ahora me parece lógico el hecho de que todas las mañanas me levanto con pereza, desmotivado, no me gusta lo que hago, esa debe de ser la respuesta...sí eso debe de ser.
Pero si eso es, ¿ Cómo le hago?, tengo que sostener a mi familia, llevar "la chuleta a la casa", no puedo dejar de trabajar, aunque para ser sincero nunca me ha gustado este concepto, considero que algo no anda bien con él.
¡Carambas! Dios porque me has despertado la conciencia de esta manera si no tengo respuestas, dime Padre ¿Qué hacer? ¿Cómo aprovecho mi vida? ¿Qué es esto lo que siento?
Continuará...
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